Las tecnologías de refrigeración conllevan un alto coste ambiental, especialmente debido a su uso masivo y su continuo crecimiento.

Tomar un refresco o disfrutar de un ambiente confortable en un caluroso día de verano parecen hoy en día actividades casi triviales. Igualmente, se dan por aseguradas necesidades más esenciales como el transporte y almacenamiento de bienes perecederos, como alimentos o medicinas, y el mantenimiento de condiciones adecuadas en espacios habitables, así como en la industria y en el ámbito de las tecnologías de la información.

Sin embargo, todas estas prestaciones son en realidad lujos primermundistas que requieren tecnologías de refrigeración que conllevan un alto coste ambiental, especialmente debido a su uso masivo y su continuo crecimiento.

 

Se calcula que a día de hoy hay instalados unos 3 600 millones de aparatos de aire acondicionado en todo el mundo, número que se multiplicará por cuatro en los próximos 30 años debido al crecimiento de las clases medias en los países en vías de desarrollo.

El frío artificial ya supone el 20 % de la energía total consumida en edificios, tanto en viviendas como en locales comerciales, de manera que cualquier mejora en la eficiencia de los dispositivos de refrigeración resulta altamente deseable.

Además, la tecnología de refrigeración más extendida plantea otro problema de gran magnitud derivado del uso de fluidos muy perjudiciales para el medio ambiente. Hace ya más de dos décadas que se prohibieron los clorofluorocarbonos por su capacidad de degradación de la capa de ozono. Pero los compuestos utilizados actualmente, hidroclorofluorocarbonos e hidrofluorocarbonos, presentan un potencial de efecto invernadero hasta más de mil veces mayor que el dióxido de carbono.

Se estima que en 2050 la liberación, accidental pero frecuente, de dichos gases supondrá casi el 10 % del total de emisiones equivalentes de CO₂ y por ello la Unión Europea prevé su eliminación progresiva en la próxima década. Se hace evidente, pues, que en la lucha contra el cambio climático se requiere el desarrollo de tecnologías más eficientes y más respetuosas con el medio ambiente.

Fuente: eldiario.es