Impacto de la calidad del aire interior en la salud humana

La calidad ambiental interior (IEQ) se refiere al ambiente existente en el interior de un edificio y depende de varios factores como el confort térmico e higrométrico, la iluminación, la acústica y la calidad del aire interior (IAQ). La IAQ es el efecto final de la presencia de contaminantes en el aire y de la ventilación existente que es capaz de diluirlos. Una evidencia incontestable vincula una IAQ deficiente y efectos nocivos para la salud que inducen patologías respiratorias y cardiopulmonares (Yang et al. 2009). La medida del nivel de concentración de dióxido de carbono (CO2) puede utilizarse como indicador de la calidad de la IAQ (Schibuola y Tambani 2020).

Como la gente pasa más tiempo en el interior, es importante identificar la relación entre la calidad del aire interior y la salud de los ocupantes de los edificios. interior y la salud de los ocupantes de los edificios. Un ejemplo de ello son los estudiantes que pasan una parte importante parte de su tiempo escolar en aulas caracterizadas por una mayor densidad de ocupación y, en la mayoría de los casos, mal ventiladas. de los casos, mal ventiladas. Daisey et al. (2003) revisaron más de 300 artículos que han examinado una amplia gama de concentraciones de CO2 en las escuelas y comprobaron que con una concentración de CO2
superior a 1.500 ppm, los ocupantes se veían afectados negativamente. Además, en el caso de los estudiantes jóvenes, la exposición a los contaminantes es mucho más crítica para los niños, ya que inhalan más aire por unidad de peso corporal y presentan tasas metabólicas en reposo más elevadas en comparación con los adultos (Annesi-Maesano et al. 2003). Estas mayores dosis específicas implican su menor capacidad para hacer frente a las sustancias químicas tóxicas (Bates 1995).

Los efectos en la salud humana de la exposición al CO2 han sido ampliamente estudiados bajo diferentes parámetros y con diferentes duraciones de exposición (Tabla 1). Estos efectos pueden clasificarse como físicos, psicológicos y fisiológicos, y a menudo están interrelacionados (Shriram et al. 2019).

Por un lado, varios estudios han informado de que los efectos físicos de la exposición a una mayor concentración de CO2 son los problemas respiratorios y el síndrome del edificio enfermo (SBS) (Seppanen et al. 1999, Apte et al. 2000). Ninguno de los síntomas del SBS, como dolor de cabeza, fatiga, depresión, dificultad de concentración y la irritación de los ojos aumentó con la reducción de la concentración de CO2

La exposición a una concentración de CO2 superior a 1000 ppm mostró una reducción de la asistencia a las escuelas (Muscatiello et al. 2015) y un aumento de los síntomas de dolor de cabeza, fatiga y dificultad de concentración (Shendell et al. 2004).

Fuente: mimoCO2